El brillo del sol practicamente lo cegaba, desapareció todo a su alrededor y en un instante, solo un suspiro; mientras exhalaba ese aire, Juan recordabá su natal pueblo, donde desde pequeño aprendió que su único proposito en la vida era sufrir y luchar por su sobrevivencia. sin embargo nada fue tan triste, a los 5 años conoció a Griselda Martinez, una niña vivaz, que siempre sonreia apesar de los problemas y las dificultades que representaban vivir en Cuachital; desde pequeños andaban juntos y ella lo veia jugar futbol cuando no habia que trabajar la tierra y el la acompañaba las noches frias de diciembre, las noches calidas y humedas de agosto y los dias felices de la primavera. y asi fue, durante 15 años cuando una noche, una de esas que el cielo se nubla inexplicablemente y las gotas de lluvia caen refrescando el calido ambiente, haciendo que los poros se despierten, aquella noche entre la hierba y el rio, con la luna y las estrellas como testigos, perdieron la razon o la ignoraron, y se dejaron llevar por su amor, tan callado durante años, tan cansado de esconderse, tan gastado, tan harto de ser solo un ideal que esa noche decidió volverse real, materializarse y dominar la noche con su esencia. una noche tan mágica que jamás olvidaron y que revivian cada vez que se veian a solas entre el mundo que poco a poco se iba acelerando. Cuachital dejo de ser lo que era, se fue vaciando, muertos o profugos cualquiera de las dos cosas hacian de ese pueblo un simple pedazo de tierra con las casas de paja abandonadas y las lanchas, que tantas veces rompieron las olas, varadas en la arena.
juan solo escuchaba el susurro de su leve respiración, cada vez mas pesada y su piel cada vez mas caliente y entre mas ardia los recuerdos regresaban una y otra vez sin orden; Griselda y el viajando en el tren, amarrados de las barandas del vagon cuidandose de no caer, llegaron a la Cd. de México, como las rafagas de viento y luz que se siente ahi, pasaron, sin pena ni gloria solo el grato recuerdo que les dejaron los imponentes edificios, la cantidad de carros y de gente, tan viva, tan distinta a la de Cuachital, con sueños, ilusiones, metas, un pasado triste pero un futuro glorioso. despues de un tiempo encontraron una ciudad mágica, que acogia a quien llegara, que tenia de todo para todos y asi fue como llegaron a Tijuana; todo era como les decian, tan cerca del Gran Sueño y a la vez tan lejos, tan grande pero tan pequeña, con la cantidad justa de gente, gente de todos tipos conviviendo, se respiraba el aire de Cuachital mezclado con los aromas de la capital. un segundo mas, cada vez la boca mas arida, los ojos mas cerrados, los pensamientos mas distantes, los sonidos mas perdidos y la voz de Griselda retumbando en todo su interior.
-"No lo hagas amor, no es necesario, aqui tenemos todo y nos espera mas, ya veras como todo va llegando poco a poco, solo confia tantito en Dios y veras como todo queda atras."
su conciencia disminuida solo preguntaba "¿Por que?" y ahora tirado en medio del desierto, perdido, como siempre, perdido.
-"Mira vieja, conseguí a un señor que nos lleva al sueño, a ti, a mi y a los niños, en u ndia ya estamos del otro lado, nos lleva hasta Chicago y pues con los ahorritos tenemos para sobrevivir un tiempo en lo que consigo uan chambita"
y asi fue como llego a ese lugar, tirado en medio del desierto de Arizona, sin nadie a quien recurrir, ni a Dios que segun el lo abandono desde que nació, solo a sus recuerdos que cada vez se van borrando, a nadie, estaba solo, sin su alma, sin su vida, sin sus recuerdos.
el tiempo lo olvidó, y hoy su hijo atraviesa el mismo sitio donde años atras su padre murió y nadie lo supo, solo el busca encontrar a su padre y darle una nueva vida a su amada Griselda, a quien se le esfumó su alma y su vida y que solo vivia por la maldita costumbre de respirar.
juan solo escuchaba el susurro de su leve respiración, cada vez mas pesada y su piel cada vez mas caliente y entre mas ardia los recuerdos regresaban una y otra vez sin orden; Griselda y el viajando en el tren, amarrados de las barandas del vagon cuidandose de no caer, llegaron a la Cd. de México, como las rafagas de viento y luz que se siente ahi, pasaron, sin pena ni gloria solo el grato recuerdo que les dejaron los imponentes edificios, la cantidad de carros y de gente, tan viva, tan distinta a la de Cuachital, con sueños, ilusiones, metas, un pasado triste pero un futuro glorioso. despues de un tiempo encontraron una ciudad mágica, que acogia a quien llegara, que tenia de todo para todos y asi fue como llegaron a Tijuana; todo era como les decian, tan cerca del Gran Sueño y a la vez tan lejos, tan grande pero tan pequeña, con la cantidad justa de gente, gente de todos tipos conviviendo, se respiraba el aire de Cuachital mezclado con los aromas de la capital. un segundo mas, cada vez la boca mas arida, los ojos mas cerrados, los pensamientos mas distantes, los sonidos mas perdidos y la voz de Griselda retumbando en todo su interior.
-"No lo hagas amor, no es necesario, aqui tenemos todo y nos espera mas, ya veras como todo va llegando poco a poco, solo confia tantito en Dios y veras como todo queda atras."
su conciencia disminuida solo preguntaba "¿Por que?" y ahora tirado en medio del desierto, perdido, como siempre, perdido.
-"Mira vieja, conseguí a un señor que nos lleva al sueño, a ti, a mi y a los niños, en u ndia ya estamos del otro lado, nos lleva hasta Chicago y pues con los ahorritos tenemos para sobrevivir un tiempo en lo que consigo uan chambita"
y asi fue como llego a ese lugar, tirado en medio del desierto de Arizona, sin nadie a quien recurrir, ni a Dios que segun el lo abandono desde que nació, solo a sus recuerdos que cada vez se van borrando, a nadie, estaba solo, sin su alma, sin su vida, sin sus recuerdos.
el tiempo lo olvidó, y hoy su hijo atraviesa el mismo sitio donde años atras su padre murió y nadie lo supo, solo el busca encontrar a su padre y darle una nueva vida a su amada Griselda, a quien se le esfumó su alma y su vida y que solo vivia por la maldita costumbre de respirar.
gRaCIaZ tOTaLeZ!!!
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal